Curiosamente, sin importar en qué lugar del mundo nos encontramos, hay poblaciones más longevas, todas comparten hábitos y prácticas similares. Cuándo estudiamos estos denominadores comunes encontramos nueve lecciones las cuales les llamaremos las nueve magníficas:
1. Moverse de forma natural
Las personas longevas no se la pasan levantando pesas, corriendo maratones ni metidas en los gimnasios. En lugar de eso, viven en ambientes que con frecuencia los motivan a moverse. Caminan al trabajo, visitan algún amigo, caminan a la iglesia, podan su jardín y hacen actividades físicas día a día.
2. Propósito
Los habitantes de Okinawa y de la península de Nicoya lo llaman plan de vida. El propósito es la razón por la cual me despierto todas las mañanas. En todas las zonas azules la gente tiene algo por lo cual vivir más allá de su trabajo. Las investigaciones demuestran que sentir que tienes un propósito le añade hasta siete años a tu esperanza de vida.
3. Bajarle al ritmo
Hasta la gente que habita en las zonas azules ha experimentado estrés, el cual provoca inflamación crónica que se asocia con casi todas las principales enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
La gente más longeva del mundo tiene rutinas para deshacerse del estrés, las personas de Okinawa se toman unos cuantos momentos del día para recordar a sus ancestros, los adventistas rezan, los habitantes de Icaria toman una siesta, y los de Cerdeña aprovechan la hora feliz para ir por un trago.
4. La regla del 80%
HARA HACHI BU, El Mantra de Confucio de 2500 años de antigüedad que se dice antes de toda comida, le recuerda la gente dejar de comer cuando su estómago esté 80% lleno. El margen del 20% entre no tener hambre y sentirse satisfecho puede ser la diferencia entre perder peso o ganarlo. La gente de las zonas azules toma las comidas más escuetas hacia la noche o al comienzo de la tarde y no vuelven a comer más durante todo el día.
5. Inclinación por las plantas
Las leguminosas incluyendo las habas, el frijol negro, la soja y las lentejas, son la base de muchas dietas centenarias. La carne, en especial la de cerdo, se come en promedio solo cinco veces al mes y en proporciones de 85 a 110 g.
6. Vino a las seis
La gente de todas las zonas azules con frecuencia beben alcohol, aunque con moderación. Los bebedores moderados viven más que los abstemios. El truco está en tomar una o dos copas al día con amigos y acompañados de alimentos. Y no, no se vale ahorrar las copas de la semana y tomarse las 14 juntas el sábado.
7. La tribu adecuada
La gente longeva elige círculos sociales que fomentan los comportamientos saludables, si no es que nacen en ellos. La población de Okinawa hacen grupos de cinco amigos que se compromete entre sí de por vida. La investigación demuestra que el tabaquismo la obesidad, la felicidad y hasta la soledad son contagiosas. Por parte de los vínculos sociales entre personas es una manera muy favorable para una buena salud.
8. Comunidad
Más del 95% de los centenarios pertenecen a una comunidad de creyentes. La denominación no parece importar, pero las investigaciones recientes señalan que asistir a algún servicio religioso cuatro veces al mes le añade de cuatro a 14 años de esperanza de vida.
9. Primero la familia
Los centenarios exitosos que habitan en las zonas azules siempre anteponen a sus familiares, mantienen cerca a sus padres y abuelos e incluso en la misma casa, lo cual reduce los índices de enfermedades y mortalidad en los niños. Se comprometen con una pareja de por vida, lo que puede agregar hasta tres años de vida e invierten amor y tiempo con sus hijos, lo cual hace más probable que estos cuiden mejor de sus padres cuando llegue el momento
Esto solamente es el camino a una vida larga y saludable que empieza con la creación de un entorno familiar y comunitario que impulsa a emprender sutil e implacablemente los comportamientos adecuados más saludables como se hace en las zonas azules por sus pobladores.